—¿Qué sabes tú de él?
Sé que muchas
chicas se fijan en sus ojos azules y su cabello desordenado, pero la mayoría se
aleja porque él no deja de hablar de teatro o herrería. Sé que tiene una
cicatriz en el alma, o al menos eso fue
lo que dijo la anciana vidente en Aisimer. Sé que sus hombros y su espalda son
flácidos y están cubiertos de lunares, aunque tiene un abdomen fuerte. Su estatura apenas sobrepasa diez centímetros la mía, y aunque es
delgado no tiene un cuerpo espectacular. Sé lo mucho que le brillan los ojos
cuando habla de viajes o escenarios. Siempre se queda callado cuando hablo, una
actitud que en otras personas me molesta especialmente, pero en él me resulta
agradable. Es como si realmente me escuchara, pero no encontrara palabras para
contestarme. Sé que cuando está cachondo respira precipitadamente, y cuando
está enojado suelta el aire con la nariz. Él siempre me llama por mi nombre
completo, agregándole una connotación a cada tono. Sé que le cuesta trabajo expresar sus
sentimientos, por lo cual lo demuestra a través de comentarios que pueden
resultar hirientes en ocasiones. Sé cuándo le gusta una chica, y cuando está
celoso (esto último casi nunca ocurre, pero esas contadas veces me hacen
rabiar) Veo que protege mucho más a Mildred que a mí, algo que en principio me
irritaba inexplicablemente, pues sé lo rápido que cambia de opinión y no me
gustaría estar enamorada de él. Puedo quedarme hablando con él durante horas
sin que abra la boca, y cuando lo hace, es para decir una frase corta y
extrañamente reconfortante. Sé que jamás lo veré con algún color que no sea
azul, o gris, y que ni siquiera un calor
asfixiante lo hará quitarse la bufanda. Cuando se enoja su actitud asusta un
tanto. Me enoja mucho que rompa los objetos que están a su alrededor. Conozco
lo molesto que se pone cuando se habla de injusticias políticas.
Siempre huele a
metal, a vainilla, a la tela suave de su ropa, a café. Es una combinación
inusual a la que extrañamente te acostumbras, incluso cuando lleva un ápice de
sudor.
También sé que la historia de su vida
demuestra lo valiente que es por haberlo soportarlo todo, y aun así querer
salvar a medio mundo. Su nivel de impulsividad, de espontaneidad… me preocupa a
veces. He sentido su pesar, y sin embargo siempre lo he visto sonreír.
Lo he visto tener
miedo y no paralizarse, sentirse triste y sonreír. Siempre intenta hacer sentir
mejor a los demás, aunque él no esté
bien del todo. Cuando tengo miedo, él de
pronto se vuelve valiente, y cuando no tengo ganas de reír, él me obliga.
(Y cuando sonríe,
de pronto me vuelvo invencible)
Eso claro, no lo dije.